lunes, 27 de abril de 2009

La receta

-Las papas en cuadraditos, los tomates en rodajas.
Así empieza fácil, sencillo. El único problema es verificar que el cuchillo corte.

-¿que mas necesitas para seguir?

-Recétame.

¿Que necesito?Justo cuando esquivó su conciencia para no recordar lo que necesitaba el pulso de su plegaria comenzó a acelerarse fatalmente.
Algo como una receta se tilda se borra ante la pregunta mas natural.
¿Anidaba alguien ese espacio, donde le gustaba caerse?, realmente ¿había alguien, donde siempre le gustaba perderse?
Si, había alguien en cada receta, en cada cuchillazo que le daba a su conciencia y a sus recuerdos.
Había un lugar que dejo de ser, mientras estaba inventando la comida.
Tomo la cebolla, se lleno los ojos de alma, y se hostigó en el viaje hasta llegar al barranco.
¿Será que le gusta saltar sus abismos? Aunque siempre guarde un paracaídas para el momento indicado, aunque alguna que otra vez lo hizo sin ni siquiera tener paracaídas.
Con el alma en los ojos, la mirada en la nada, su conciencia a un costado, lo que dejo del otro lado y descalza se tiro.
Su mudez lo había dicho todo, y cada palabra había muerto acuchillada por el espacio del silencio.

- la mesa estaba ya servida.

1 comentario:

La oveja mecánica dijo...

Me hizo acordar a algo que escribí hace mucho, la interrupción de la vida real por los pensamientos, por las sensaciones. Los cuchillazos, las puñaladas del recuerdo.

Vos tenes un "no sé que" que me hace acordar a mí. palabras distintas que sienten lo mismo.
:)