domingo, 18 de julio de 2010

Pijamas épicos

El tiempo suena como un disparo que se extiende cruzando mi cabeza, otra vez tengo las manos traspiradas de frío y la garganta descubierta.
Parece que la mañana va a llegar, pero recién son las 3,   alguien me habla de un tiempo que todavía no pasa,  solamente soñar con el último día.
Sigue en mi cabeza la resonancia  de la detonación de hace meses, sigue siendo igual de constante, la almohada se volvió invisible en la oscuridad. Los resabios de la mañana quedaron tirados en el crepúsculo que golpea violentamente el fulminante del culote, provocando la inflamación del combustible impulsante y de nuevo el disparo.

domingo, 4 de julio de 2010

Hora de partir

ya es hora de partir, las cosas están sobre la mesa. El bolso con los papeles de su sentencia esta en su mano, los dedos estan cortorsionando su forma. tiene el sombrero y los anteojos puestos para que nadie pueda percibir la tristeza de su mirada, se puso su vestido rojo y sus zapatos de tacón, el perfume preferido y el anillo de su abuela, esta vez eligio un sobretodo negro que solo había usado en un velorio de un desconocido.
La valija estaba al lado de la puerta, en las últimas secas se ahogo un par de veces con el humo raspandole en su garganta, es que ya no entraba junto con el grito que sofocaba por todo su interior.
Ya estaba lista para partir con su soleldad y una lagrima que había sido retenida por un hermoso paañuelo bordado.Todos los domingos se habían amontonado y los atardeceres se dibujaban en sus pupilas. dejo su bolso y cruzo la puerta.